25.3 PRÁCTICAS DE MANEJO REPRODUCTIVO Y SU INFLUENCIA EN LA CONDUCTA SEXUAL
Cuando se realizan montas controladas, es importante asegurarse de que el piso sea de tierra o de algún material donde el macho no resbale al realizar la monta. Un macho grande puede rehusarse a montar si se le coloca sobre pisos resbalosos como concreto mojado o cubiertos de estiércol. Esta situación es particularmente importante en rumiantes (toros, machos cabríos o carneros), debido a que durante la eyaculación realizan un movimiento de propulsión con sus patas posteriores que los pone momentáneamente en el aire (figura 6).
Uno o dos resbalones son suficientes para condicionar los machos a ignorar el estímulo sexual, además del riesgo potencial que representa una caída de estos animales, puesto que puede provocar lesiones de espalda u otras partes del cuerpo.
También deben evitarse distracciones provocadas por otros animales o la presencia de humanos observadores (video 2). Las distracciones pueden representar un problema a nivel individual o, en ciertas razas, inhibiendo el comportamiento sexual.
Otras situaciones de manejo como el transporte, pueden resultar inconvenientes. Las vacas poco manejadas que se trasladan a un corral durante un tratamiento de sincronización de celos, pueden suspender la manifestación de los signos de estro hasta retirar el estrés. Sin embargo, si es necesario transportar a los animales al sitio de cópula, es preferible traer la vaca al toro, ya que los machos son más sensibles a factores ambientales; un ambiente diferente puede provocar que el toro no monte.
A diferencia de los bovinos, en las ovejas no se ha podido demostrar un efecto del transporte en el número de ovejas que presenta signos de celo. Aunque, en esta especie una deficiencia nutricional sí puede afectar el comportamiento sexual.
