25.11 MÉTODOS DE DETECCIÓN DE CELO
La detección del celo es un problema notable en la ganadería bovina. El celo puede ser tan corto que puede pasar desapercibido aunado a que con frecuencia ocurre durante la noche. La cantidad de montas que reciben las vacas puede ser muy variado, dependiendo entre otras cosas de la cantidad de vacas en celo en el mismo día. El número de montas también puede verse afectado por el tipo de piso, vacas alojadas sobre pisos de tierra realizan más montas que las alojadas sobre pisos de concreto. La temporada del año y condiciones climáticas también pueden influir en la frecuencia de monta. La lluvia, vientos fuertes, clima caluroso, tienden a suprimir la monta y otras actividades motoras relacionadas con el celo (figura 13).
El “efecto hembra” que parece estar influenciado por secreciones vaginales, también aumenta el número de vacas en celo en un momento dado. En las ovejas el contacto entre animales ciclando, puede inducir la ciclicidad de animales en anestro.
Existen diferentes técnicas para la detección del celo, entre las cuáles se encuentran la observación directa o el uso de animales marcadores equipados con arneses que se colocan en el pecho de carneros o la cabeza de los toros para que marquen las vacas que montan (figura 14). Muchos productores de ovinos utilizan arneses marcadores en el pecho de sus carneros (figura 15). Diferentes colores permiten determinar cuáles machos montaron a cada hembra.
También suelen utilizarse machos castrados o hembras que son tratadas repetidamente con testosterona. Las vacas lecheras incrementan su actividad locomotora durante el celo, por lo que algunas personas colocan podómetros para contar los pasos (figura 16).
En cerdas, se puede detectar el celo colocando las manos sobre cada lado de la grupa y aplicando presión. Esta prueba es 97% efectiva si la cerda puede ver, oír y oler al verraco. Solo alrededor del 50% de las marranas en celo se quedarán inmóviles ante la prueba de presión en la espalda en la ausencia del estímulo del macho.