12.9 REINICIO DE LA ACTIVIDAD OVÁRICA
La hembra productora de carne sufre un bloqueo lactacional de mayor o menor magnitud dependiendo del ambiente. Este bloqueo se define como la falla en tener ciclos estrales o estros manifiestos, sobre todo los primeros 4 meses posparto mientras esté lactando continuamente. Existen métodos de manejo, como el tete parcial (separar la hembra del becerro por 48, 72 o 96 horas) y las hembras mostrarán calor en los siguientes siete días. Este proceso puede ir acompañado de tratamientos hormonales como la utilización de productos basados en progesterona sintética. Generalmente, este procedimiento tiene mejor efecto entre los 40 a 60 días posparto. Se ha comprobado que otros métodos alternos como destetar a los becerros precozmente (antes del sistema tradicional de 7 meses), o enlatarlos (colocar un dispositivo que impida al becerro succionar la ubre) pueden ayudar al reinicio de la actividad ovárica posparto.
Se han llevado a cabo investigaciones sobre las posibles causas por las que la hembra lactando demora en presentar su actividad ovárica, demostrando que el efecto de succión, producido por la cría al amamantarse, no es el único factor que bloquea el reinicio de la actividad ovárica posparto. Así, se ha podido revelar que las hembras son capaces de mantenerse anestricas si la cría se encuentra presente con la madre todo el tiempo, sugiriendo que la unión madre-cría es tan importante como el efecto de succión per se (video 1).
Algunas vacas presentan patrones irregulares de ciclicidad, mostrando ciclos cortos o bien, dejando de ciclar. En relación con este punto, la condición corporal es una medida subjetiva de la cantidad de músculo y grasa en el cuerpo de los animales, que además de servir como un indicador de bienestar animal, ejerce una importante influencia sobre el empeño reproductivo de las vacas (interactivo 6).

Cuando las hembras presentan una baja CC, la probabilidad que tienen de quedar gestantes es menor, debido a que se produce un aumento en la duración del periodo acíclico posparto, originando que una hembra en empadre estacional no pueda tener un parto al año y que en el caso de un empadre continuo, el intervalo entre partos se extienda. La pérdida de CC se acentúa aún más por el efecto de amamantamiento. Las hembras que llegan al parto con reservas corporales adecuadas y mantienen buena CC pués del mismo, presentan mejores índices reproductivos.
Entre los estudios efectuados se verificó que el estado nutricional de las vacas mejora a partir de los 60 días posparto cuando deben comenzar los procedimientos de manejo con las vacas paridas, esto porque de modo general, entre 60-90 días postparto la mayoría de las vacas se encuentran con calificaciones de CC 2 y 3.