Universidad Nacional Autónoma de México
Reproducción de los animales domésticos
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia
Capítulo 12. Bovinos productores de carne

12.6 INSEMINACIÓN ARTIFICIAL

El uso de esta técnica, a pesar de haber sido utilizada en Latinoamérica desde la década de los años cincuenta, no ha tenido la difusión deseada. Posiblemente el factor más importante es la deficiente detección de celos; en ganado cebú, de cada 10 hembras que entran en un programa de IA, sólo es posible detectar de tres a cuatro hembras durante un ciclo estral (18 a 23 días). Posiblemente la situación sea similar en vacas de tipo europeo.

La utilización de hormonas que permiten facilitar la expresión de estro, ha beneficiado el uso de la IA incrementando el número de animales que se pueden inseminar; afortunadamente la fertilidad que se obtiene es baja, ya que aún en condiciones de celo espontáneo algunas vacas son capaces de mostrar conducta de estro y no tener la presencia de un folículo que pueda ser ovulado (figura 14).

Figura 14. Signos característicos de una hembra en celo.

En la práctica se han buscado métodos que permitan evitar la detección de signos de estro e inseminar a un momento predeterminado pues de la aplicación de la hormona de elección (IA a tiempo fijo). El ciclo de las vacas con ovarios activos, puede ser dirigido de tres formas.

  • Uso de progestágenos para manipular la vida del cuerpo lúteo.
  • Uso secuencial de prostaglandinas y análogos de GnRH para obtener un desarrollo folicular sincronizado tras una luteólisis inducida.
  • Uso de progestágenos que actúen como un cuerpo lúteo artificial, promoviendo el encadenamiento de la fase folicular.

Esta metodología ha tenido impacto en explotaciones de carne con manejo reproductivo adecuado pero su avance en fincas poco tecnificadas es errático. Debido a esto, muchos ganaderos han vuelto al método tradicional de observar calores y solamente inseminar hembras que muestran estro de manera espontánea. Los resultados de fertilidad a IA son variables, pero en general se puede decir que es factible obtener una tasa de preñez de un 50% pero esta se obtendrá solamente en el 30% del hato que es el que presentará signos evidentes de conducta estral.

Desgraciadamente, si en el ganado productor de leche la detección de signos de estro es un problema notable, en el ganado productor de carne este problema se ve acrecentado por las siguientes razones:

  • La expresión del comportamiento de estro es de menor intensidad y duración, reduciendo las posibilidades para el observador ocasional en detectarla.
  • No existe una rutina y disciplina de la IA en las empresas productoras de ganado de carne, lo cual hace que la técnica solo se aplique intensamente en ocasiones como cuando se sincronizan las hembras, originando que se haga de manera inadecuada.
  • Las instalaciones para llevar a cabo la IA en el manejo y preparación del semen tanto fresco como congelado, en ocasiones son deficientes, reduciendo las posibilidades de que la hembra quede gestante.
  • Al no existir una rutina de IA, pueden haber errores técnicos por la mala descongelación del semen, cansancio del inseminador en caso de tener que inseminar hembras sincronizadas o simplemente una pobre aplicación del método, ya sea por problemas en el cérvix o por deficiencias en la aplicación del catéter en la IA.