20.6 RECONOCIMIENTO MATERNO DE LA GESTACIÓN
En los camélidos sudamericanos, la corta vida del cuerpo lúteo condiciona a que el reconocimiento materno de la preñez (RMP) deba ocurrir en una etapa muy temprana del periodo gestacional, esto sugiere que entre los días 8 a 10 postinducción de la ovulación debería ocurrir el reconocimiento del embrión. Considerando que los embriones de llamas llegan al útero aproximadamente al día 7 postservicio, estos deben adaptarse al nuevo ambiente y enviar su señal en un periodo extremadamente corto.
A pesar que la PGF2α es secretada por el útero, la liberación por parte del embrión de alguna señal produce la disminución tanto de la frecuencia como de la amplitud de los picos de ésta, evitando así la destrucción del cuerpo lúteo y el mantenimiento de la secreción de progesterona (figura 11).
En este sentido, en animales preñados ocurre una disminución en la expresión endometrial de COX-2 sugiriendo que el embrión, a través de la liberación de alguna sustancia, induce una disminución en la expresión de dicha enzima y así inhibiría el proceso de luteólisis, permitiendo el rescate del CL y el establecimiento de la preñez.
Los blastocistos poseen actividad aromatasa y secretan cantidades crecientes de 17β-estradiol durante la preñez temprana. Asimismo, en el endometrio ocurre un incremento en la expresión de receptores a estrógenos α, por lo tanto se sugiere que los estrógenos podrían ser la señal liberada por el embrión para que ocurra su reconocimiento. A pesar de que la actividad ovulatoria de ambos ovarios es similar, la implantación de los embriones se localiza mayoritariamente en el cuerno uterino izquierdo, aunque el 50% de las preñeces registradas son llevadas a término gracias al desarrollo de un cuerpo lúteo en el ovario derecho.
Se ha postulado que el efecto luteolítico de la PGF2α liberada por el cuerno uterino derecho tiene solamente efecto local (es decir sobre el ovario derecho) mientras que la PGF2α liberada por el cuerno izquierdo ejerce acción luteolítica tanto sobre el ovario izquierdo como el derecho. Estas observaciones permitieron sugerir que para que un embrión originado en el cuerno uterino derecho pueda desarrollarse con éxito es necesario que se produzca la migración del mismo hacia el cuerno uterino izquierdo. Entonces, durante el periodo pre-implantacional el endometrio del cuerno uterino izquierdo debe reconocer al blastocisto y, a diferencia del cuerno derecho, permitir la implantación; posiblemente en respuesta a una precisa comunicación embrión-endometrio.
