Universidad Nacional Autónoma de México
Reproducción de los animales domésticos
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia
Capítulo 18. Caninos

18.9 MANEJO REPRODUCTIVO DEL MACHO

La evaluación del macho se debe realizar de forma rutinaria. La falta de éxito en la reproducción canina, frecuentemente, se asocia a más de un factor por lo que una evaluación reproductiva del macho debe incluir su historia clínica completa, examen físico general, evaluación de los genitales (escroto, testículos, epidídimo, pene, prepucio y próstata), evaluación del libido y del semen.

18.9.1 HISTORIA CLÍNICA

El historial de medicina preventiva y enfermedades previas del semental, debe incluir la edad en la que fue utilizado por primera vez como reproductor, historia de infertilidad en perros emparentados machos o hembras (defectos genéticos), manejo reproductivo, cantidad de servicios y de hembras gestantes y el número de cachorros por camada e incluir cualquier observación sobre la libido de los machos.

18.9.2 EXAMEN FÍSICO GENERAL (EFG)

Se evalúa que el estado de salud del macho sea óptimo, sin antecedente de alguna enfermedad o anormalidad que afecte la reproducción.

18.9.3 EXAMEN CLÍNICO REPRODUCTIVO (ECR)

Consiste en revisar los órganos que componen el aparato reproductor masculino. Se pueden detectar afecciones congénitas y genéticas como: hipospadia, frenillo persistente, intersexualidad y criptorquidismo.

  • Escroto: al tacto debe ser suave y liso, sin dolor a la palpación, debe tener un grosor uniforme y permitir el movimiento libre de los testículos. Las patologías más comunes son laceraciones, heridas y eritemas (figura 32).
  • Figura 32. Escroto con coloración anormal, presencia de costras y laceraciones.
  • Testículos: tienen forma ovoide, se encuentran en posición oblicua, de superficie lisa y con la cola del epidídimo en la parte caudal. Ambos testículos deben tener un tamaño similar, a la palpación deben ser de consistencia firme y turgente, sin signos de dolor. Las anormalidades testiculares primarias más frecuentes son criptorquidia (ausencia de uni o bilateral), hipoplasia (deficiencia en el desarrollo uni o bilateral), orquitis (inflamación uni o bilateral) (figura 33) y neoplasias (Sertoli, Leydig, seminomas) (figura 34).
  • Epidídimo: mediante palpación se determina que esté completo (cabeza, cuerpo y cola), de tamaño proporcional y unido a la superficie dorso lateral del testículo, con la cabeza y la cola situadas en los extremos craneal y caudal respectivamente. La cola se debe de palpar llena, lo que indica que su capacidad de almacenamiento es buena y que hay producción de espermatozoides en el testículo. La epididimitis se asocia a infecciones bacterianas de tipo ascendente o hematógena (Brucella), virales, procesos autoinmunes o traumas.
  • Prepucio: debe cubrir por completo el pene cuando no está en erección y no debe tener laceraciones, erosiones o secreciones anormales. El orificio del prepucio debe permitir el desenvaine y envaine del pene. Se pueden presentar lesiones que provoquen postitis (inflamación del prepucio) favoreciendo la fimosis (incapacidad de exteriorizar el pene) o bien parafimosis (incapacidad de retraer el pene).
  • Pene: es de tipo vascular, el glande va desde la punta hasta el bulbo y tiene hueso peneano que ayuda a mantener la erección. Mediante retracción del prepucio se evalúa la integridad de la mucosa y la presencia de inflamación, traumatismos (figura 35), tumores (TVT), frenillo persistente (figura 36), entre otros. La balanitis (inflamación del pene) es frecuente en machos que intentan montar, en peleas y generalmente se asocia a balanopostitis.
  • Próstata: es la única glándula sexual accesoria del perro, es bilobulada, ya que posee un rafe medio que la divide en 2 lóbulos firmes, lisos y simétricos. El examen físico se realiza mediante palpación rectal, se pueden realizar análisis citológicos y bacteriológicos al líquido prostático obtenido del eyaculado (figura 37). Cuando se presenta asimetría, dolor o consistencia anormal se debe sospechar de alguna disfunción como hiperplasia prostática benigna, quistes prostáticos, tumores y metaplasias prostáticas.

Figura 37. Líquido prostático obtenido del eyaculado de color rojizo debido a la presencia de sangre.

18.9.4 EXAMEN DE LA LÍBIDO

Este examen incluye la evaluación del deseo sexual y el comportamiento adecuado que debe tener el macho al momento de la monta o de la recolección manual del eyaculado. Es muy importante evaluar las fases del comportamiento reproductivo en una monta natural: detectar a la hembra, dominarla, montarla, desenvainar el pene, penetrar (figura 38) y eyacular.

Figura 38. Abotonamiento. Comportamiento normal de los caninos en la cópula.

Para llevar a cabo este examen, el macho debe estar en buen estado de salud y sin factores estresantes (cansancio, aburrimiento, maltrato, inexperiencia).

Es importante recordar que la erección y eyaculación no son procesos totalmente dependientes de hormonas, también es controlado por el sistema nervioso autónomo, por lo que las alteraciones de la libido deben ser consideradas básicamente de comportamiento (figura 39).

Figura 39. Pene en erección completa una vez efectuada la eyaculación.

18.9.5 EVALUACIÓN DEL EYACULADO

La evaluación del semen se debe realizar cuando un macho llega a la pubertad, al adquirir un semental, después del traslado de zonas geográficas significativamente distintas, posterior a eventos estresantes y/o enfermedades. También debe llevarse a cabo si existen sospechas de infertilidad en el macho, antes de realizar IA o criopreservación del semen y rutinariamente de forma semestral.

Con la finalidad de obtener eyaculados de mayor calidad en comparación con otros métodos (vagina artificial, electroeyaculación) se recomienda realizar la colección del semen por el método convencional de estimulación manual (uso guantes) y colección en tubos o conos previamente atemperados, ya que es la que más se asemeja a la monta natural (figura 40).

Figura 40. Material necesario para la colección de semen.

Dentro de las características del eyaculado se distinguen tres fracciones: pre-espermática, espermática y prostática (cuadro 2).

Cuadro 2. Fracciones del eyaculado con sus características.

La segunda fracción es la que debe ser colectada, pues es rica en espermatozoides. El pH, concentración y osmolaridad están en el interactivo 3, la movilidad normal del semen fresco oscila entre 85–95%, 95% de espermatozoides vivos y menos de 10% de anormalidades.

Interactivo 3. pH, concentración y osmolaridad del semen canino.
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La evaluación de la calidad del eyaculado recién colectado puede realizarse utilizando los métodos convencionales, para determinar el color, el volumen, el pH, la movilidad progresiva, la concentración (conteo por cámara de Neubauer) (figura 41) y el porcentaje de espermatozoides que presentan morfología normal y el porcentaje de espermatozoides vivos (figura 42).

La evaluación de la movilidad progresiva de los espermatozoides se realiza valorando mínimo diez campos, siempre en el centro de la muestra, en un portaobjetos bajo microscopio óptico con platina temperada (37°C) y condensador de contraste de fase a 400x, para obtener valores objetivos.

18.9.6 CRIOPRESERVACIÓN DEL SEMEN CANINO

El semen canino puede ser conservado mediante refrigeración o congelación, estos procesos disminuyen la tasa metabólica y prolongan la supervivencia espermática. Los diluyentes de semen utilizados para refrigeración a 4°C protegen las membranas espermáticas del daño por los cambios de temperatura, proveen energía, estabilizan el pH y presión osmótica, así, el semen puede tener una vida media de hasta 3-5 días. Tanto el tipo de diluyente usado como la temperatura de almacenamiento son factores que poseen gran influencia sobre la capacidad fecundante del semen luego de la refrigeración y congelación.

La criopreservación es el uso de temperaturas bajas y substancias contenidas en expansores para mantener los espermatozoides vivos de la manera más inocua posible. Sin embargo, este procedimiento tiene algunos efectos biológicos adversos provocados principalmente por la congelación del agua y el subsecuente estrés osmótico. La técnica de criopreservación es un aspecto altamente relevante en la conservación de la viabilidad y fertilidad del semen. Se ha determinado que la tasa de refrigeración óptima es de entre -10 y -30°C/min (figura 68); mientras que las tasas de congelación rápida (-60°C/min) favorecen la formación de cristales de hielo dentro de la célula, los cuales provocan lesión y muerte de ésta. Uno de los componentes más importantes de los expansores de semen son los crioprotectores que modifican la permeabilidad del agua, disminuyen la conductividad hidráulica y limitan el estrés osmótico. Los crioprotectores permeables de mayor uso en el perro son el glicerol y el etilenglicol, sin embargo, pueden tener efectos adversos como la ruptura de membranas, alteraciones de la membrana externa acrosomal y alteraciones del ADN. La combinación de Tris adicionado con yema de huevo y glicerol es considerada la más benéfica para la congelación de semen de perro, aunque en la actualidad se realizan estudios donde se utilizan diferentes amidas como la dimetilformamida (DMF) pues se considera que no se comportan como sustancias tóxicas durante la criopreservación y pueden ser una alternativa para los perros que no responden de forma favorable al uso del glicerol. En perros, la congelación y conservación de espermatozoides por periodos prolongados de tiempo se ha realizado en nitrógeno líquido, hielo seco y ultra congeladores programables (a –80°C y –120°C). Sin embargo, el almacenamiento por elección es en nitrógeno líquido.

La inseminación artificial reduce costos logísticos por la movilización de animales para el apareamiento, prolonga la disponibilidad del semen y previene la diseminación de enfermedades. Todo lo anterior hace que el semen congelado tenga amplias e importantes perspectivas de aplicación dentro de la crianza de perros.