22.2 HISTORIA
En 1890, Walter Heape reportó que una camada de conejos había nacido en su laboratorio como resultado de un trasplante de embriones. Él no pudo imaginar el impacto que su descubrimiento tendría. Si bien, durante los años 30 y 40 se investigó bastante sobre la colección y trasplante de embriones bovinos, en 1951 nació el primer ternero como consecuencia de la transferencia de un embrión en Wisconsin (EEUUA). El interés en la transferencia embrionaria fue aumentando desde 1950; ya para 1977 había cerca de 1,000 publicaciones sobre transferencia de embriones, muchas de ellas en bovinos (figura 1). Fue a principios de los años 70 que comenzó el gran interés comercial en la transferencia de embriones en el bovino. En 1974 se forma en Colorado (EEUU) la Sociedad Internacional de Transferencia de Embriones (IETS).
Como resultado, había muchos incentivos económicos para la aplicación de la transferencia de embriones: los criadores querían un método que aumentara el porcentaje reproductivo de sus hembras para una venta provechosa de su descendencia. De tal forma que, la técnica de transferencia embrionaria en animales domésticos fue desarrollada con dinero de los criadores más que por fondos para investigación como es tradicional.
