Universidad Nacional Autónoma de México
Reproducción de los animales domésticos
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia
Capítulo 24. Sistemas de registros

24.4 SISTEMAS DE REGISTROS EN BOVINOS PRODUCTORES DE LECHE

24.4.1 CONTROL DE LA REPRODUCCIÓN PARA EL MANEJO EFICIENTE DEL SISTEMA PRODUCTIVO

La reproducción, en sí misma, no es el principal factor limitante de los sistemas de producción bovina lechera, pero puede ser un elemento indicador de la eficiencia del sistema y de la calidad de manejo que se da. Por eso, la mala nutrición, las incorrectas estrategias de alimentación, malas prácticas de cría y desarrollo de los becerros, mal manejo del parto o del período seco, entre otras, se verán reflejados de manera directa en los parámetros reproductivos (figura 11). De ese modo, tomaremos la reproducción como un ejemplo (trazador) del análisis que se puede hacer del sistema y de cómo se pueden identificar fortalezas y debilidades, así como conocer en dónde están las causas y, por ende, las soluciones al problema identificado.

Figura 11. Algunos factores que afectan la eficiencia reproductiva.

Tradicionalmente, se mencionan como indicadores primarios de eficiencia reproductiva: el intervalo entre partos (IEP), los días abiertos (DA), el porcentaje de abortos y la edad al primer parto (EPP). Estos indicadores están relacionados con el curso de vida del animal, desde antes de su concepción inclusive, hasta que se descarta. Como se puede observar en la figura 12, el curso de vida es un proceso recurrente en la finca, pues siempre habrá animales naciendo que deberán seguir ese patrón, y que hay que hacer lo más eficiente para el sistema productivo.

Figura 12. Eventos reproductivoa relacionados con el curso de la vida de una hembra en la mayor parte de los sistemas productivos de mamíferos domésticos.

Estos parámetros son puntos de encuentro de muchos otros elementos de manejo de la finca que influyen sobre ellos. Por ejemplo una tardía edad al primer parto puede ser el resultado de terneras que presentaron bajo peso al nacer, enfermedades (diarréicas o respiratorias) el primer mes de vida, nutrición deficiente por malas estrategias de alimentación, baja tasa de crecimiento, mala detección de celos, problemas de inseminación, infertilidad o abortos, por mencionar algunos, generando así un resultado negativo en la sostenibilidad del sistema productivo (figura 13). De ese modo, cada uno de ellos, representa en sí mismo un componente complejo que requiere de su propio análisis.

Figura 13. Factores que repercuten en la eficiencia reproductiva determinada por la edad al primer parto (la dirección de la flecha indica alto o bajo, y el color rojo es negativo y verde positivo).

Generalmente, al menos en los sistemas donde sí existe un sistema de información el intervalo entre partos (IEP), los días abiertos (DA), el porcentaje de abortos y la edad a primer parto (EPP) se utilizan como los principales elementos de juicio; pero hacerlo requiere de la habilidad de reconocer las relaciones intrínsecas que existen entre ellos y enfatizar que son indicadores de variables que generalmente se analizan sin tomar en cuenta su variación y más importante aún, únicamente toman en cuenta a los animales que presentan los eventos reproductivos; o sea, solo las que paren entran en el IEP, las que se preñan en los DA, las que paren por primera vez en la EPP y las preñadas, en el denominador de las que pueden abortar (figura 14). Esta situación, sin duda, podría llevar al consultor inexperto a cometer errores de análisis y recomendar medidas con las consecuencias no deseables que podrían ocurrir. Como regla dorada, se está midiendo lo que pasa y no lo que no pasa.

Figura 14. Eventos que ocurren entre un parto y otro, los datos que se deben registrar por evento, así como los indicadores que se obtienen de ellos.

Ante esta realidad, en los últimos años, se ha impulsado el uso de un indicador más completo pues toma en cuenta todas las hembras reproductivamente aptas y listas para el servicio: la tasa de preñez. Este parámetro incluye a todas las hembras que, según la decisión del finquero, están listas para ser servidas, sean novillas (edad en meses para iniciar el servicio) o las multíparas (días postparto para iniciar el servicio). Así, en ellas se toma en cuenta el porcentaje de celos observados, el porcentaje de servicios realizados y el porcentaje de preñeces logradas, y lo hace para un período de 21 días. El cálculo de la tasa de preñez en forma continua permite monitorear el estado reproductivo, detectar y cuantificar un problema y tomar decisiones dentro de plazos más cortos respecto a las vacas vacías.

Por supuesto, decisiones de los productores respecto a la edad a la que una novilla entra a servicio, o a la que lo hace una vaca posparto, pueden afectar positiva o negativamente este indicador, pues entre más madura la novilla, y más avanzado el posparto cuando la vaca ha salido del balance energético negativo, más posibilidad de que queden gestantes con pocas inseminaciones. Sin embargo, debe de tomarse en cuenta la factibilidad económica de cualquier decisión y reconocer muchos más elementos de la unidad de producción; por ejemplo, el inventario (edad, sexo, raza, número de lactancias) de los animales que existen en el hato. Además, se debe conocer su nivel de producción, su historial del puerperio, las medidas de condición corporal, la relación grasa/proteína en la leche o de los niveles de nitrógeno ureico en sangre o nitrógeno ureico en leche.

24.4.2 MÉTODOS TRADICIONALES PARA EL ESTABLECIMIENTO DE REGISTROS

Se recomienda que, para poder tener el equilibrio productivo/reproductivo y disponer de una producción láctea lo más estable posible, a lo largo del año, en sistemas intensivos, se deben distribuir homogéneamente las pariciones, estableciendo el intervalo entre partos deseado (interactivo 3).

Interactivo 3. Distribución ideal de partos durante un año para asegurar la producción láctea.
Da clic en el botón para desplegar la información.

Por ejemplo, si tenemos 100 vacas en el hato reproductivo, se divide ese número entre 13.5 (el intervalo entre partos esperado), lo que da como resultado 7.5 vacas que deben quedar gestantes por mes. Hay que recordar, eso sí, que siempre habrá un porcentaje de vacas que, por una u otra razón, no se preñaron y serán descartadas del hato; por lo tanto, es posible que ese valor meta no se cumpla en su totalidad.

Por otro lado, se establece que por lo regular el indicador de vacas preñadas en cualquier momento del año analizado debería ser de aproximadamente el 50%, proporción obtenida de la multiplicación del grupo mensualmente distribuido a lo largo del año esperado (7.4% en este caso) por los 9 meses, que en promedio sabemos que dura la gestación de las vacas en producción. Cabe destacar que en dicho valor se incluye a vacas gestantes en lactación, vacas secas y vacas de listas para servicio.

Otro parámetro de gran importancia son los días en los que las vacas de una lechería permanecen produciendo leche (DIM). Es el resultado de dividir la longitud promedio de las lactancias de las vacas entre 2. Si, por ejemplo, la duración media de las lactancias es de 310 días, el indicador de DIM será de 155; esto asumiendo que habrá vacas desde 1 día de lactancia hasta de 310. Es claro que se trata de un dato promedio, pues habrá vacas con lactancias más largas que 310 días y otras con menos de esa cifra.

Los días abiertos en un hato son el número de días transcurridos del parto hasta que la vaca queda gestante. En un hato lechero moderno, una meta de 130 días abiertos sería altamente deseable aunque difícil de alcanzar. Cabe mencionar que aquellas vacas que después del servicio no quedan gestantes y por lo tanto necesitan de una segunda inseminación se comportan con una distribución en diferentes intervalos de tiempo. Es poco probable que todas las vacas luego de un servicio no efectivo entren en estro en un período fisiológico (de 18 a 24 días) por lo que mantener un sistema de registros eficientes permite detectar con prontitud esas vacas que no muestran estro pero que no están gestantes. Por lo tanto, se considera que el retorno al estro puede presentarse a lo largo de ciertos intervalos “normales”, especialmente entre 18 y 24 días, o entre 36 y 48 días.

A modo de resumen, en el siguiente cuadro (interactivo 4), se muestran los principales parámetros reproductivos que deben ser producidos y analizados en sistemas de producción bovinos.

Interactivo 4. Principales parámetros reproductivos a producir y analizar en sistemas de producción bovinos. Se incluye la definición, su fórmula de cálculo así como algunos valores ideales.
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A modo de ejemplo, se presenta la pantalla de salida del programa VAMPP Bovino 3.0 (figura 15), con alguno de estos parámetros analizados para un punto en el tiempo, a modo de radiografía del sistema. Se combinan parámetros productivos y reproductivos.

Figura 15. Resultados del análisis de parámetros reproductivos generados en un sistema de información para el control de sistemas bovinos que refleja la situación particular de una finca.

24.4.3 SISTEMAS DE INFORMACIÓN AUTOMATIZADOS PARA EL ANÁLISIS SECTORIAL

La existencia de sistemas automatizados para el control de la salud y la producción del hato, pueden convertirse en una herramienta de alta utilidad para el análisis de lo que ocurre a nivel sectorial. Para ello, será requisito indispensable que haya una forma estandarizada de captura de los datos en las fincas, así como la periodicidad y constancia en esa labor, tanto en forma descentralizada (nivel finca) como centralizada (nivel organización/institución/ministerio). Si a esto se le suman sistemas que garanticen la calidad de los datos en el sistema de información, un sistema informático automatizado se puede convertir en una poderosa herramienta para realizar análisis de los datos, tanto a nivel particular de una unidad de producción (que es su objetivo primario), hasta el nivel regional, estatal o nacional.

Respecto a este último punto, la integración de las bases de datos individuales de las unidades de producción en una sola base de datos centralizada, ojalá administrada por una universidad o instituto de investigación independiente, permite reconocer el panorama global de la producción, identificando aquellos aspectos que a la mayoría de los productores les representa un problema, así como identificar sistemas de élite que pueden servir de modelo para la transferencia de tecnología; asimismo, se puede identificar razas o cruces de rendimiento superior, vacas extraordinarias para transferencia de embriones o fertilización in vitro, toros con alta habilidad predicha de transmisión de características deseables probados en el mismo entorno del país o la región, conocer el rendimiento productivo y asociarlo con aspectos de manejo nutricional y sanitario, entre muchas otras bondades.

Una base de datos de este tipo permite que los resultados de estas investigaciones lleguen a los productores directamente mediante publicaciones especializadas, conferencias, talleres y congresos, así como indirectamente mediante el uso de esos conocimientos logrados en los alumnos de la carrera de medicina veterinaria, que luego serán los médicos de las fincas, así como la capacitación constante de los médicos veterinarios practicantes mediante cursos de educación continua (figura 16).

Figura 16. Esquema de funcionamiento general de la Base Nacional de Datos de VAMPP (sistema de información para el manejo de la finca) en Costa Rica, de tipo centralizado-descentralizado, teniendo su repositorio en la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional.