1.5 DIFERENCIACIÓN SEXUAL GONADAL
La diferenciación del testículo se inicia cuando los cordones sexuales primarios se separan del epitelio celómico como consecuencia de la invasión del estroma mesonéfrico. Los cordones sexuales primarios son precursores de los cordones testiculares conformados por las células de Sertoli. Las células del estroma que rodean a los cordones testiculares se diferenciarán en células de Leydig, células mioides y fibroblastos.
Las células de Sertoli tienen dos funciones principales: el soporte y nutrición de las CGPs y la síntesis de la hormona antimülleriana (AMH), responsable de la regresión de los conductos de Müller durante el periodo de diferenciación sexual del tracto genital. La función de las células de Leydig radica en la producción de andrógenos, los cuales son necesarios para la masculinización del tracto y los genitales externos. La formación de los espermatozoides inicia en la pubertad cuando los cordones testiculares se transforman en tubos seminíferos. Para lo cual, adquieren una cavidad interna y las células de Sertoli se polarizan con un lado adluminal y otro basal.
La diferenciación sexual del ovario muestra un retraso con respecto a la diferenciación testicular, por lo que se mantiene en un estado indiferenciado por más tiempo, donde solo ocurre un incremento de tamaño. En el caso de las gónadas XX los cordones sexuales primarios degeneran y permanece un remanente denominado la rete ovarii. Por otra parte, la proliferación del epitelio celómico origina a la corteza, conformada por la agrupación de células somáticas y germinales que recibe el nombre de cordones ovígeros. Las células germinales ubicadas en la corteza reciben el nombre de ovogonias que incrementarán en número por mitosis. Después, el inicio de la meiosis marca la diferenciación de los ovocitos primarios, los cuales se individualizan al ser rodeados por las células prefoliculares planas como consecuencia de la segmentación de los cordones ovígeros. La transición de las células planas a cúbicas da origen a los folículos primarios. De tal manera que cada ovocito queda rodeado de células epiteliales precursoras de las células foliculares cubiertas por una membrana basal integrada por laminina y fibras de colágena (figura 3).
Al conjunto de folículos primordiales y primarios se le considera la reserva folicular ovárica, la cual limita el número de folículos que tendrán las hembras a lo largo de su vida reproductiva.
Al llegar a la pubertad, el crecimiento folicular dependerá del eje hipotálamo-hipófisis-gónada que incluye la interacción de las hormonas esteroides del ovario y las gonadotrópicas: hormona folículo estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH) secretadas por la adenohipófisis, lo cual establece el control del ciclo sexual y el mantenimiento de la fertilidad.