Universidad Nacional Autónoma de México
Reproducción de los animales domésticos
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia
Capítulo 5. Pubertad

5.2 DESARROLLO Y CRECIMIENTO DEL ANIMAL

El desarrollo de los animales involucra distintas fases, tanto en el crecimiento del animal como en su relación endocrina-gonadal. La etapa pre-púber (del nacimiento a la presentación de la pubertad) ha sido dividida en cuatro fases:

  • Fase infantil: del nacimiento a los dos meses de edad aproximadamente.
  • Fase de desarrollo prepuberal: de los dos meses de edad a los seis meses de edad o al destete.
  • Fase estática: de los seis meses de edad hasta los diez meses de edad.
  • Fase de desarrollo peripuberal: después de los diez meses de edad hasta la pubertad.

La figura 3 muestra el cambio endocrino que sufre el bovino con respecto a la secreción de LH, el efecto de la retroalimentación negativa al estradiol y crecimiento del animal; sin embargo, estas fases son aplicadas también a otras especies como primates, ovinos, equinos y porcinos. Su duración depende de cada especie, no obstante, los animales domésticos experimentan similar desarrollo endocrinológico y morfológico durante estas fases.

Figura 3. Cambios endocrinos y fisiológicos en la hembra desde la fase infantil hasta la pubertad.

5.2.1 PROCESOS PRESENTES EN EL DESARROLLO DEL MACHO

En la figura 4 se pueden apreciar los eventos que ocurren en el macho en cuanto a la maduración de las células de Leydig y Sertoli. Se puede observar que el crecimiento del animal se encuentra estrechamente asociado con el incremento en el tejido testicular (células de Leydig y células de Sertoli) así como con el incremento de la síntesis de testosterona, razón por la cual la circunferencia escrotal es un indicador biológico de la pubertad en machos.

Figura 4. Cambios endocrinos y fisiológicos en el macho desde la fase infantil hasta la pubertad.

5.2.2 PROCESOS PRESENTES EN EL DESARROLLO DE LA HEMBRA

La fase de desarrollo prepuberal entre los dos y seis meses de edad está caracterizada por un incremento en la secreción de LH causando maduración del ovario por lo que se observarán folículos antrales (figura 5); posteriormente, se presentará una disminución de LH durante la fase estática. Al final de la fase de desarrollo prepuberal y durante la fase estática se puede observar una marcada acción de la retroalimentación negativa del estradiol sobre el hipotálamo e hipófisis, es decir, la baja concentración de estrógenos ejerce una retroalimentación negativa sobre las neuronas secretoras de GnRH.

Figura 5. Folículo antral representando un ovario maduro.

Al final de la fase estática, las neuronas de GnRH hipotalámicas comienzan a perder la retroalimentación negativa al estradiol e incrementan su actividad de forma gradual, lo que lleva a un incremento en la secreción de GnRH y directamente en la secreción de FSH y LH.

Las gonadotropinas inducen un incremento en el diámetro de los folículos en cada oleada folicular hasta el inicio de la fase peri–púber. Durante la fase peri-púber hay una marcada disminución en la retroalimentación negativa del estradiol sobre el eje reproductivo, resultando en el incremento en la síntesis y liberación de GnRH, y a su vez, en el incremento de la secreción de LH y FSH; éstas ejercen una estimulación positiva sobre las células de la granulosa y teca para la síntesis de hormonas esteroides como el estradiol, además de favorecer el crecimiento folicular hasta alcanzar la dominancia. Posteriormente, el estradiol alcanza una alta concentración en circulación que lleva a la estimulación del pico preovulatorio de LH, con lo que se provoca la primera ovulación y formación del cuerpo lúteo (figura 6).

Figura 6. Cambios endocrinos y fisiológicos en la hembra durante la transición a la pubertad.